En el tratamiento radioterápico participa un equipo de profesionales especialmente entrenado dirigido por un oncólogo radioterapeuta. El oncólogo radioterapeuta es un médico especialista en Oncología Radioterápica que elabora, prescribe y supervisa el plan de tratamiento radioterápico. Puede modificar el tratamiento dependiendo de la evolución del paciente, identifica y trata los efectos adversos de la irradiación y colabora con otros especialistas implicados en el tratamiento multidisciplinar del cáncer como oncólogos médicos y cirujanos.

Los físicos médicos trabajan estrechamente con el oncólogo radioterapeuta en la planificación y administración del tratamiento. Supervisan el trabajo del dosimetrista y se implican directamente en la planificación de tratamientos complejos. Además, elaboran y dirigen los programas de calidad de las unidades de tratamiento y realizan pruebas dirigidas a establecer el buen funcionamiento de las unidades y de la calidad del haz de irradiación.

Los dosimetristas realizan su trabajo junto con el oncólogo radioterapeuta y el físico médico para seleccionar la técnica de radiación capaz de generar la mejor distribución de la dosis de radiación sobre el tumor y la mayor exclusión de las dosis de radiación en los tejidos sanos. El trabajo lo realizan en ordenadores que utilizan algoritmos de cálculo complejos capaces de procesar distintos tipos de imágenes.

El técnico en radioterapia es la persona encargada de realizar el tratamiento diario de irradiación supervisado por el médico. Debe ser meticuloso en la inmovilización y posicionamiento diario del paciente, asegurar que se ha hecho el tratamiento adecuado y realizar un registro diario del tratamiento.

La enfermera de oncología radioterápica trabaja con todo el equipo de tratamiento para atender las necesidades del paciente y la familia, antes, durante y después del tratamiento. Explican los cuidados que se deben tener durante y después de la irradiación y los posibles efectos adversos y cómo tratarlos. Otros profesionales de la salud implicados en el cuidado de estos pacientes son los médicos nutricionistas, fisioterapeuta, dentista y asistentes sociales.

Antes de realizar un tratamiento con radioterapia el médico oncólogo radioterapeuta habla con el paciente y le explica los beneficios y riesgos del tratamiento así como otras posibilidades terapéuticas existentes.

  • Posteriormente se realiza la simulación que consiste en tomar medidas y dibujar referencias en la piel para facilitar la entrada de los haces de irradiación externa a través de la piel de forma precisa y reproducible en cada una de las sesiones de tratamiento.

  • Se realiza la inmovilización del paciente en una posición cómoda y reproducible que será utilizada diariamente durante la irradiación. Para la inmovilización del paciente se utilizan distintos dispositivos como mascarillas termoplásticas, colchones de vacío o de resinas catalíticas, planos inclinados, etc., seleccionando un determinado método de inmovilización dependiendo de la localización tumoral y de la precisión requerida del caso. En estas condiciones de inmovilización y fijación del paciente se realiza un TAC de planificación y se adquieren las imágenes axiales correspondientes. Estas imágenes de TAC son enviadas a un ordenador para la planificación virtual del tratamiento de irradiación.

  • En el ordenador de planificación se escoge una determinada energía de fotones, el número de campos de radiación (habitualmente de dos a cuatro) y los ángulos de giro del cabezal del acelerador. Se generan varios planes de tratamiento y el médico oncólogo radioterápico selecciona el plan que presente una distribución óptima de la dosis de irradiación capaz de maximizar la dosis de irradiación sobre el tumor minimizando la dosis que reciben las estructuras normales adyacentes.

  • Por último, el paciente inicia el tratamiento en la misma posición en la que se han realizado los procedimientos de simulación y planificación previa verificación de los campos de radioterapia que se realiza comparando imágenes reconstruidas en la planificación virtual con imágenes reales del propio paciente generadas mediante placa radiográfica o imágenes portales digitales.

El tratamiento con radioterapia es indoloro y el paciente no nota ningún tipo de sensación, se administra de forma ambulatoria en forma de sesiones diarias (fracciones), cinco días por semana, de lunes a viernes descansando sábados y domingos hasta un total de 25-40 fracciones dependiendo del tipo de tumor tratado. En ocasiones el tratamiento tiene que interrumpirse un día o más por la aparición de efectos adversos y se reanuda cuando éstos han mejorado o desaparecido. Durante el tratamiento se programan radiografías de verificación y revisiones semanales con el oncólogo radioterápico y la enfermera para observar la evolución, los efectos adversos y recomendar tratamiento si precisa. Es habitual recomendar a los pacientes ciertos cuidados y hábitos durante y después de la irradiación como descansar lo suficiente, seguir una dieta equilibrada y nutritiva y prestar especial atención a la piel que puede quedar sensible y enrojecida. Después del tratamiento se cita de forma programada al paciente para verificar su recuperación y la evolución del cáncer.